Despedidas

sábado


No me había dado cuenta de todas las emociones que quedan atrapadas en las terminales de aeropuertos , autobuses, estaciones de tren y todos aquellos lugares en donde existen las despedidas. Emociones y sentimientos encapsulados entre lágrimas y cristales fríos.

Que difícil resulta despedirse de las personas que quieres y con quienes has compartido toda la vida.

Hace un par de días salí fuera de casa... solo hacia una nueva aventura, ocho horas de viaje serían las que a partir de ese momento me separarían de casa.

  "Lo más duro es salir de tu habitación y cerrar la puerta, sin saber cuando volverás" 

me decía una amiga por msn la tarde antes de mi salida, y en verdad se siente raro. Despedirse de mis hermanas no fue tan complicado, ( nos aguantamos las ganas de llorar), lo que si me partió el corazón en dos fue la despedida de mi abuelita, ni siquiera pudo verme a los ojos... en cuanto le dije " abue.." comenzaron a llenársele de agua,su voz se quebró y salieron algunos sonidos que traduje en un "que te vaya bien hijo, cuídate" me beso la mejilla y se giró. 

 Mis padres me llevaron a la terminal de autobuses, y esta vez mire detenidamente, había personas como siempre, pero ahora me daba cuenta de que no todas estaban felices... había matrimonios separándose (ver como un niño le pregunta a su padre si regresará para el beso de las buenas noches te humedece la mirada), personas esperando ilusionados las llegada del siguiente autobús porque en él llegará algún familiar, y padres esperando la salida del autobús que se llevará una parte de ellos ( ese era nuestro caso)  después de dejar la maletas en el compartimiento papá se acerco y me dijo - que tengas buen viaje, cuídate" me abrazó (él no suele tener ese tipo de muestras de cariño) entonces sentí que me apretaban el pecho -gracias- dije. Me giré y me encontré de frente a mamá, me abrazó y me dijo -Te quiero, cuídate, no dejes de avisarme como te va-  
-También te quiero- respondí. Los ojos se nos nublaron y antes de que salieran lagrimas le abracé de nuevo.

Subí al autobús y busqué mi asiento. Miré por la ventana y ahí estaban... diciendo adiós.

Solo tengo recuerdo de una despedida más difícil que la de hace unos días y es de una persona a la que jamás volveremos a ver físicamente.

Pasarán varias semanas antes de volver a casa y  la historia del principito y la flor me hace valorar más el cariño de mi familia, ahora entiendo que todos podemos ser cualquiera de los protagonistas de la historia y al igual que la flor entiendo que mamá ha visto crecer a la oruga con mucho cariño cuidó durante mucho tiempo, dejando salir al "principito".

Solo una cosa más... en cualquier despedida y pase lo que pase...


Agua para elefantes

domingo

"Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.

          El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces?¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...Hace algunos años descubrí que por suerte para mí
alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta.

 El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía... hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre— que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. 
Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

Todos somos un poco como ese elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un montón de cosas “no podemos” simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez, probamos y no pudimos.Hicimos, entonces, lo del elefante: grabamos en nuestro recuerdo:
NO PUEDO... NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ

Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar. Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes,
hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma:
¡NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ!

Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el
intento todo tu corazón..
Recuentos para Damián



Leía esta historia y recordé "Agua para elefantes" una tierna historia de amor, envuelta en el mágico escenario del mundo circense. 

Pero sin duda el personaje que no podrás olvidar será "Rosie" la tierna elefante que siempre está atada a la estaca.