Esta semana he andado un tanto melancólico con el asunto de las nuevas formas de comunicación, tan impersonal, tan fría, tan llena de todo y de nada, a veces suele alejar a quienes más cerca tenemos y acercar a quienes más lejos se encuentran. Así es ahora la comunicación. Es sorprendente saber que un mensaje puede llegar al mundo entero y que gracias a ella podemos estar en contacto, pero cuando estás con amigos cada uno está en su tema, sus redes, su celular.
Hoy extraño esa época, en la que me cuentan esperabas que llegara el cartero a casa y te entregara o colocara en tu buzón una carta, una carta de la persona que amabas, de la familia, una tarjeta de cumpleaños, una tarjeta navideña o deseándote un feliz año nuevo... hoy ya nadie escribe cartas. El saber que esa persona había estado en contacto con esa hoja, le había escrito algo especialmente para ti, su piel había rosado los bordes, quizá hasta su aroma podría venir impregnada en el interior, la hacía tan especial y así te hacía sentir a ti.
Hoy quiero recibir una carta, adiós al correo electrónico, hoy quiero recibir un sobre y leer una carta.
"Hay cartas urgentes que llegan... cuando ya no hay nadie"
Hoy quiero recibir una carta, adiós al correo electrónico, hoy quiero recibir un sobre y leer una carta.
"Hay cartas urgentes que llegan... cuando ya no hay nadie"
Carta Urgente de Rosana, acompañada por Jorge Romano.
Por cierto, hoy 12 de noviembre se celebra el día del cartero en México, reconociendo su trabajo.
Escribamos y enviemos cartas, dejemos testimonio de amor a través de ellas.
