Algo está pasando, no entiendo qué es lo que sucede, pero últimamente se intensifica la necesidad de personas a las que conozco que requieren sentirse escuchados. Tan sólo hablar, eso quieren. Sin temor a ser juzgados, ni criticados.
Nada que una banca al interior de un parque o una larga llamada telefónica no pueda solucionar, mientras la persona tenga el don de escuchar cualquier situación y lugar es bueno.
Sí alguien te busca o quizá hasta te encuentras a un desconocido que te pide que escuches, hazlo y vive a través de su historia.
Quitémonos esas cintas que nos tapan la voz y los miedos que nos imponemos. Después de todo lo único que compartimos son sentimientos y formas de pensar. Habla y expresa lo que quieras decir.
(Este post está dedicado a ti, que me buscaste en el momento en que requerías de un amigo)
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